En 1956, cuando el papa era Pío XII, el Vaticano comenzó a construir un nuevo aparcamiento. Fue entonces cuando aparecieron restos de entre los siglos I y III. Están situados cerca de la antigua Vía Triumphalis y muchos lo consideran como la Pompeya romana por sus riquezas arqueológicas.
Desde el 17 de noviembre los turistas y peregrinos podrán visitar esta necrópolis y sumergirse en los restos del Antiguo Imperio Romano.