"Como sabéis ayer el Evangelio de la Santa Misa hablaba de Marta y de María. Y dentro de nosotros hay una parte de Marta y también una parte de María. Una parte de nosotros nos obliga a hacer muchas cosas, a tener que hacer mucho, a estar pendiente de muchas cosas, de intentar corresponder pero también debe estar la parte de María que estaba allí a los pies de Jesús para escuchar su palabra. Y quizás vosotras podéis – sé que ya lo hacéis – vivir esta dimensión de María aquí en la Casa Santa Marta: escuchando la palabra de Jesús y rezando. Muchas de vosotras, cuando os fui saludando, una tras otra me decíais: nosotras rezamos por usted y por su misión. Y, de verdad, se lo agradezco. La oración es muy importante. La fuerza de la oración es mucho más grande de lo que podemos imaginar."