Tiene más de 650.000 seguidores en Instagram, pero Pablo Garna no es un influencer al uso. Más allá de campañas publicitarias, ha querido mostrar en su perfil una parcela a la que el mundo de las redes no está acostumbrado: a hablar de Dios. Pablo lo consigue con vídeos como estos: hablando de la Cuaresma, de los diferentes tipos de relaciones, ya sean familiares, de amistad o amorosas y, también, compartiendo algunas de sus inquietudes.
Tampoco son extrañas las fotos que sube diariamente en alguna capilla o iglesia rezando ante el Santísimo. Con ello, ha forjado una sólida comunidad en la que es capaz de enseñar cómo Dios no es ni debe ser un tabú.