A pesar de sus problemas de salud el pontífice no parece tener intención de pararse: sigue manteniendo encuentros oficiales, en ocasiones hasta ocho en un día. Tampoco suele fallar en sus citas multitudinarias en el Vaticano. El pontífice argentino ha demostrado que por mucho que pasen los años él no pierde las ganas de vivir. El 17 de diciembre, cumplió 87 años.