Hacía años que no se veía a un papa rezando con los parroquianos de esta pequeña pero histórica localidad. El pontífice, desde ahí, les devolvió el afecto mostrado. Instantes antes de rezar el Ángelus el papa reflexionó sobre las palabras del Evangelio donde se dice que el Reino de los Cielos está más cerca de lo que se piensa. Recordó que para acceder a él no es necesario recurrir a la violencia. Sus últimas palabras fueron para pedir la paz en el mundo.