París, 1980. San Juan Pablo II, durante su primera visita a la capital francesa, hizo una declaración bastante contundente, con una repercusión que llega hasta nuestros días. “No se puede respirar como cristianos o, mejor, como católicos, con un solo pulmón; hay que tener dos pulmones, es decir, el oriental y el occidental.” Y, precisamente por eso, el Dicasterio para el Culto Divino ha actualizado algunos elementos de la iglesia en Arabia. El objetivo es puramente litúrgico pero al mismo tiempo se refuerza la unión de los católicos de rito oriental con Roma.