De noviembre a diciembre, varios países de Asia y el Sudeste Asiático han experimentado fuertes vientos y tifones catastróficos debido a inusuales cambios bruscos meteorológicos. Con informes de más de 1.800 muertos, al menos 900 personas actualmente desaparecidas y millones de desplazados, varias agencias internacionales se han pronunciado al respecto y han hecho un llamado al apoyo internacional. Y parece que la Limosnería Apostólica ha respondido a estos llamados. Al enterarse de la emergencia, el Papa Leo XIV envió ayuda a los países más afectados, incluidos Sri Lanka, Filipinas, Indonesia, Vietnam y Tailandia.