El aula Pablo VI volvió a convertirse en el epicentro logístico del Sínodo, donde estarán los 368 miembros hasta finales de octubre para dialogar sobre el rumbo de la Iglesia.
Francisco inauguró la primera sesión. En su discurso, dio algunas claves de lectura sobre lo que ha querido para este Sínodo.
Dijo que su decisión de convocar a laicos y consagrados fue en coherencia con el Concilio Vaticano II.