Tras un fin de semana intenso por la primera Jornada Mundial de la Infancia, el papa retomó su agenda normal al día siguiente.
Tuvo siete encuentros oficiales. Uno de ellos fue con unos 100 monjes budistas de Bangkok.
En ese día el papa también envió un telegrama a Papúa Nueva Guinea, para mostrar su cercanía tras la tragedia que se ha cobrado la vida de centenares de personas a causa de los deslizamientos de tierra.