La basílica de San Pedro se convirtió en un 'mar de solideos' color púrpura. Y, entre ellos, León XIV de blanco. Estaban todos reunidos con motivo del Jubileo de los Obispos.
Y el pontífice, además de ser el sucesor de Pedro, también está a cargo de una diócesis, la de Roma, por lo que se presentó ante los prelados como uno de ellos.