El último día del papa en Turquía arrancó con un momento curioso a base de pan con sal. Fue a su llegada al encuentro con los armenios.
León bendijo esta bandeja, inclinó la cabeza como diciendo “listo” y fue cuando lo invitaron a probarlo. Ahí lo vemos: partiendo el pan y mojándolo en un cuenco con sal. Se trata de una tradición y un gesto de bienvenida, en señal de hospitalidad y respeto y, sobre todo, para honrar al invitado.