De guardia suizo a futuro sacerdote. Así le ayudaron los Papas a encontrar su vocación.
Durante ocho años, Didier Grandjean sirvió en el corazón de la Iglesia como guardia suizo, dispuesto a sacrificar su vida por el Papa. Ahora, sirve al Papa, a la Iglesia y a Dios de una forma totalmente nueva.