El papa celebró misa a las 9 en el cuartel de los “carabinieri”, a escasos metros de la villa pontificia. Los altos cargos lo recibieron con todos los honores. Entre ellos estaba el ministro italiano de la Defensa. Después el papa visitó a las clarisas del monasterio de Albano quienes no ocultaron su entusiasmo. El papa rezó con ellas y visitó la estructura. La comunidad tiene mucha historia en esta localidad donde varias religiosas fallecieron durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.