El encargado de darle la bienvenida, ante decenas de cámaras y periodistas ubicados en una esquina del Cortile de San Dámaso, fue Leonardo Sapienza, el regente de la Prefectura de la Casa Pontificia. La misma Guardia Suiza fue la que acompañó a los reyes hasta la biblioteca del palacio apostólico, donde los estaba esperando el papa León para recibirlos. Tras 45 minutos de conversación y la foto tradicional, llegó el momento del intercambio de regalos...