Últimos años de Santa Teresa de Jesús. Muere rodeada del cariño de unos y la incomprensión de otros, algunos de ellos altos cargos de la jerarquía. Teresa muere hija de la Iglesia porque ve más allá del barro humano que deforma tantas veces la Iglesia de Cristo. Confiesa en conciencia lo que considera verdadero, pero no se rebela y acepta. Es una de las diferencias entre los santos y los herejes.