En el siglo XI, se instaló por estos lares, un ermitaño llamado Domingo García, con el afán de ayudar a los peregrinos que se dirigían a Santiago.
Para ello construyó una calzada y un puente sobre las aguas del río Oja.
También levantó un hospital donde él mismo atendía las dolencias y penurias de los peregrinos. No faltaba una iglesia para la ayuda espiritual.
De esta manera nació el burgo que hoy lleva su nombre. Hito importante del Camino.