Hasta hace muy poco, este recorrido de casi 8 kilómetros en la zona de Málaga (Andalucía) era considerado como uno de los más peligrosos del mundo. Hoy la ruta está totalmente rehabilitada, ha sido galardonada con el Premio Europa Nostra por fomentar la conservación del patrimonio y, aunque es más segura, hay una cosa que no ha cambiado: la experiencia única de caminar por pasarelas construidas en desfiladeros a más de 100 metros de altura.