Harpa Dei: Hace varios años, aprendimos este canto de un sacerdote chino en Jerusalén. Mientras nos lo cantaba por primera vez, de repente su voz se quebró y rompió a llorar. Entonces nos dijo: “El mundo no tiene idea de cuánto sufrimos los cristianos en China”.
Harpa Dei ha grabado y publicado este bello canto mariano con la intención de orar, por un lado, por nuestros hermanos chinos perseguidos por causa de su fe y, por otro lado, por tantos millones de ellos que no han recibido aún la luz del Evangelio.