El mayor reconocimiento que el Papa puede otorgar a un santo es el de "Doctor de la Iglesia". Con este título los reconoce maestros para los católicos de todos los tiempos. Son personajes que han influido especialmente en la teología y han permitido un progreso relevante. Con el nombramiento el 7 de octubre de 2012, de San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen, la Iglesia católica tiene 35 doctores de la Iglesia.