José María Sánchez y Lourdes Chillarón nos cuentan en este «Testigos de la esperanza» cómo actuó el poder del amor de Dios en sus vidas y en la vida de Lourdes, su tercera hija, que nació con Trisomía 18, y a la que solo daban unos pocos días de vida.
Lucharon por la vida de su hija, rechazando el aborto y confiando en la Providencia de Dios. En la incertidumbre y el dolor confiaron en la intercesión de la Virgen María y peregrinaron hasta el Santuario de la Virgen en Lourdes pidiendo el milagro, pero Dios –que no se deja ganar en generosidad– les concedió algo mejor. Lourdes, la madre de la pequeña Lourdes, experimentó paz y un santo abandono en las manos de la Virgen María, su madre.
José María, por su parte, buscó la intercesión de San José y su ayuda fue inmediata. Dios, en su infinita bondad, le regaló a Lourdes cincuenta y seis días de vida, que sus padres disfrutaron llenos de agradecimiento. Murió un 20 de marzo, un día después del día del padre, día de San José.