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- Lisboa, Encuentro del Papa con las Autoridades, 2 agosto 2023

Desde el Centro Cultural de Belém, en Lisboa, Portugal, Encuentro del Papa Francisco con las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático.
Primer discurso del Papa en Lisboa: se dirige a autoridades y diplomáticos, y al mundo.
El Papa, en la Portugal de la eutanasia, habla de Europa, niños no nacidos y ancianos abandonados

En Lisboa hay más de 300.000 peregrinos de todos los países del mundo excepto de las musulmanas y lejanas Islas Maldivas, según dice la organización de la JMJ. Con el Papa y miles de jóvenes de todo el mundo en Lisboa, la ciudad "en estos días se vuelve todavía más universal; se transforma, de alguna manera, en la capital del mundo", afirmó el Pontífice.

Pero el Papa Francisco, en su primer discurso oficial en Lisboa, ante las autoridades, la sociedad civil y los diplomáticos en el Centro Cultural de Belém, ha querido hablar de Europa, de su capacidad para el bien, y de su deriva contra "niños no nacidos y ancianos abandonados" en un país que acaba de aprobar la eutanasia tras pertinaces intentos de su Parlamento.

La verdadera Europa construye paz

"El mundo necesita a Europa, a la verdadera Europa; necesita de su papel de constructora de puentes y de paz en su parte oriental, en el Mediterráneo, en África y en Oriente Medio", ha exhortado el Papa desde Portugal, país pequeño ubicado en un extremo del continente, pero que llevó el cristianismo, su lengua y su cultura a Brasil, a la India, a Indonesia, a África...

El Papa argentino, impactado por el absurdo de la guerra en Ucrania, sigue depositando confianza en el Viejo Continente ("quizá deberíamos decir anciano", detalló). Francisco pide a Europa "una diplomacia de paz que apague los conflictos" y "que incluya a los pueblos y a las personas, sin perseguir teorías ni colonizaciones ideológicas" (frase que usa para referirse a la ideología de género y otras ideologías materialistas que Occidente a menudo trata de imponer en otros países).

Europa ha demostrado saber construir paz. Tras las guerras mundiales, recordó el Pontífice, hijo de emigrantes italianos, "encendió la chispa de la reconciliación, haciendo posible el sueño de construir el mañana con el enemigo de ayer, de abrir caminos de diálogo e inclusión". Habló también de "factores de distensión", expresión que usa la diplomacia vaticana en sus tratos con Rusia y Ucrania.

"Niños no nacidos y ancianos abandonados"

Además de la guerra, el Papa mostró que le preocupa la pérdida de valores europeos como la defensa de la vida, a la que aludió con preguntas incómodas en un país, Portugal, que acaba de aprobar la eutanasia, apenas dos años después de que lo hiciera la vecina España.

"Es preocupante cuando uno lee que en muchos lugares se invierte continuamente en armamento, en lugar de hacerlo en el futuro de los hijos", comentó el Pontífice. Y añadió: "Pienso en tantos niños no nacidos y ancianos abandonados a su suerte; en la dificultad por acoger, proteger, promover e integrar a los que vienen de lejos y llaman a las puertas; en la soledad de muchas familias que luchan por traer al mundo y criar a sus hijos".

Autoridades y diplomáticos en Lisboa escuchan al Papa Francisco.
El Papa agradeció el esfuerzo de Portugal por acoger a miles de jóvenes en la JMJ, jóvenes, dijo, que "no están en las calles para gritar de rabia, sino para compartir la esperanza del Evangelio".

Por contraste, "si desde muchos sectores se respira hoy un clima de protesta e insatisfacción, terreno fértil para el populismo y las teorías conspirativas, la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para construir juntos".

Señaló tres campos donde "todos podemos trabajar juntos": el medio ambiente, el futuro y la fraternidad. En un país volcado al mar, pidió "cuidar el océano con esmero, pensando en las generaciones más jóvenes".

Poder fundar una familia: natalidad y ganas de vivir

Sobre el futuro, el Papa pidió pensar en lo que desanima a los jóvenes: "la falta de trabajo, los ritmos frenéticos en los que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad para encontrar vivienda y, lo que es aún más preocupante, el miedo a formar una familia y traer hijos al mundo".

Portugal, junto con Galicia, Castilla y León y Cerdeña, cuenta con algunas de las regiones más envejecidas de Europa. Portugal es el tercer país más envejecido de Europa, con una media de 45,5 años, adelantado sólo por Alemania (45.9 años) e Italia (47,2 años). La media en la UE es de 44,4 años.

Por eso el Papa habló de natalidad, tema que los políticos españoles evitan sistemáticamente.

"En Europa y, más en general, en Occidente, asistimos a una triste fase descendente de la curva demográfica. El progreso parece ser una cuestión de avances técnicos y de comodidades individuales, mientras que el futuro exige contrarrestar la disminución de la natalidad y el declive de las ganas de vivir", advirtió.

Sobre la fraternidad, habló del sentido de vecindario y solidaridad de los portugueses, y animó a todo el mundo a "cultivar el sentido de comunidad, empezando por la búsqueda de quienes viven a nuestro lado". (¿Sabe el Papa que hay 70.000 jóvenes españoles en Portugal con la camiseta "somos los vecinos de al lado" financiada por la Conferencia Episcopal?).

 

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