«Queridos hermanos y hermanas, Sigo con preocupación los trágicos y crecientes episodios de violencia en Siria con la triste secuencia de muertos y heridos, también entre los civiles, y un ingente número de desplazados y de refugiados en los países limítrofes, por ello pido que se garantice la necesaria asistencia humanitaria y la ayuda solidaria. Al renovar mi cercanía a la población que sufre y el recuerdo en la oración, reitero un apremiante llamamiento para que se detenga toda violencia y derramamiento de sangre. Pido a Dios la sabiduría del corazón, en particular, para cuantos tienen mayores responsabilidades, para que no se escatime esfuerzo alguno en la búsqueda de la paz, también de parte de ...