El domingo 17 de febrero, ante decenas de miles de peregrinos que acudieron a la plaza de San Pedro para participar en el penúltimo ángelus de Benedicto XVI, el Papa continuó con su catequesis con absoluta normalidad hablando del comienzo de la Cuaresma. Sin embargo durante los saludos en las diferentes lenguas agradeció las muestras de cariño recibidas durante los últimos días y pidió que rezasen por él y por su sucesor.